Este año, como ya comenté en otra entrada, me han adjudicado una Atención Educativa de 1º ESO. Desde principio de curso decidimos entre todos y todas que en lugar de hacer deberes o estudiar, sería más interesante dedicar ese par de horas semanales a actividades que nos enriquecieran y con las que disfrutásemos.

Las alumnas y alumnos expusieron libremente sus intereses y en base a ellos he ido preparando la programación del curso. A finales de este mes escribiré una entrada que resumirá la realización de esa programación y todo lo que hemos conseguido como grupo y a nivel individual, que ha sido mucho.

De momento os cuento que las últimas semanas de Mayo las hemos dedicado a la Semana Internacional de la Biodiversidad Animal, celebrada del 20 al 26. Nuestra manera de conmemorar esta fecha ha sido crear animales (sobretodo insectos) con hilo metálico.


Después de ver varias imágenes y vídeos que mostraban las posibilidades de esta técnica, cada alumno/a trajo de casa el material que consideraron que les podría ser útil y se pusieron manos a la obra. La idea era crear algo nuevo, no copiar la realidad, ni reproducir un animal que existiera efectivamente en la Naturaleza, sino contribuir a la Biodiversidad, añadiendo nuevas especies repletas de imaginación.



A partir de ahí, cada cual fue disfrutando con esta técnica manipulativa con la que han conseguido trabajar la paciencia y la psicomotricidad fina, haciéndose conscientes de sus propios errores sin miedo, rectificando las ideas iniciales, que se iban multiplicando y modificando sobre la marcha.





Han sido trabajos elaborados y modificados en base a la influencia que ejercían unas/os sobre otras/os, a través también de la improvisación y experimentación, con lo que el aprendizaje ha resultado ser tan significativo...



Esto se constata con la visión de su propio disfrute, lo orgullosos, concentrados y felices que se han mostrado durante esta actividad. De hecho, Raúl Alemany se implicó tanto y se encontró tan a gusto que fue modificando sus ejercicios para crear otro tipo de objetos que le interesaban.


Después decidió que no podía quedarse ahí y empezó a diseñar los nombres de sus compañeras y compañeros con alambre. El resultado no tiene nada que envidiar a los dibujos de las grandes diseñadoras blogueras, ¿no os parece?



Una maravilla.